Carro bomba a vapor, de incendios, modelo “VULCAN”.
La bomba de vapor, de uno o dos cilindros, tiene una capacidad de lanzamiento de 908 litros por minuto, con tobera de salida de 20 mm de diámetro, pudiendo alcanzar una altura de 42,5m de altura.
La caldera es de generación rápida de calor (6-8 minutos desde que se enciende), probada a 10 atmosferas de presión. El cuerpo de la bomba está construido en bronce fundido y de una sola pieza. Las piezas de unión, tanto en el circuito de agua como en el de vapor, son de cobre, con extremos de bronce fundido. La caldera y la maquina están montadas independientemente, sobre un chasis de acero acanalado.
Las ruedas del carro son de madera, con llantas de acero siendo los muelles y ejes, de acero endurecido. El eje delantero va instalado en una estructura de hierro forjado que le permite girar y sobre el que va el asiento del cochero. A ambos lados se sitúan los asientos de los bomberos, así como arcones y cajones amplios para guardar el material.
Está equipada con un freno poderoso a palanca, inyector para la caldera, con deposito, una alcachofa de cobre, 4 tubos bifurcados de cobre, 2 soportes, 4 boquillas de bronce, 4 lámparas, saco de agua para las ruedas, llaves para mangas, herramientas de fogonero, escobillones para los tubos, válvula de respuesta, aceiteras, y cristales de mies, lanza para las caballerías y tubo de aspiración.
Su tara es de 1.150 kg.
Este carro-bomba a vapor, es adquirido por el Ayuntamiento de Santander, en 1893, a la casa “FIRE APPLIANCES MANUF. Co”, de Londres, representados por Sheldon & Gerdtzen, con oficina en el Muelle 18, del puerto de Santander.
Como curiosidad, estos mismos representantes, vendieron la grúa TITAN (Grúa de Piedra) al puerto de Santander.
Este carro-bomba, fue adquirido a raíz de perderse la que tenían en servicio los Bomberos Municipales, en la explosión del buque “Cabo Machichaco” el 3 de noviembre de 1893.
Cuando fue retirada del servicio, fue vendida al Ayuntamiento de Reinosa, para su servicio de extinción de incendios, arrumbada en un almacén, fue rescatada, restaurada, hasta donde se pudo, y cedida al Museo de los Bomberos Municipales de Santander, donde actualmente se encuentra y se puede visitar..