Esta central de generación de energía eléctrica, situada a pie de la presa La Cohilla, se alimenta a través de un túnel de toma a presión con chimenea de equilibrio, que enlaza con la tubería forzada, asegurando un salto de agua, con un desnivel útil que oscila entre 328 y 268 metros, según el embalse este lleno o vacío. La longitud del túnel a presión es de 1.900 metros.
El caudal utilizado es de 6.000 l/s. que alimenta dos turbinas Pelton de eje horizontal, disponiendo de dos inyectores por rodete, acoplados a sendos alternadores horizontales de 9.000 KW de potencia cada uno.
A la salida de las turbinas, se localiza la presa de vertedero de La Lastra, de gravedad, de 30 metros de altura, con capacidad para retener 100.000 m3 útiles, para asegurar un caudal constante a la siguiente central de Rozadío.
El edificio de la central con los interiores diáfanos, salvo el recinto acristalado situado en una segunda planta, que recoge el antiguo centro de gestión, es de unos 600 m², cubierta a dos aguas, construido en mampostería en sentido sur-norte y con fachadas horadaras y dotadas de dos filas de ventanales arcados. Los superiores de menor tamaño.
El parque de transformación, situado al oeste del edificio, está compuesto por dos transformadores de 6.600/ 60.000 voltios.
La historia de esta central está unida lógicamente a la del embalse de La Cohilla, con todas sus vicisitudes y complejidades.
Estas complejidades determinaron que la central de la Peña de Bejo, al entrar en funcionamiento antes de la finalización y probado del embalse, funcionase en modo fluyente, con los caudales recogidos del rio.
Construcción de la central de Peña Bejo y embalse de la Lastra, hacia 1946.
Operarios instalando la tubería forzada de la central.