Equipo de limpieza de las hileras por ultrasonidos.
Marca LEHFELDT.
Esta compuesto de un armario de control electrónico y una cuba para la disolución acuosa con sus bombas de circulación.
Para la obtención de fibra se inyectaba a presión la viscosa, por extrusión, a través de unos orificios muy finos, en una solución química que provocaba su coagulación y daba lugar a un filamento de micras.
Estos orificios se hacían en lo que se denomina hilera. Su forma era troncocónica con un diámetro de 1,5cm y una altura de 1,3cm. En su superficie se taladraban 1.380 orificios de 55 o 60 micras.
El material metálico para su construcción debía de ser de una calidad y resistencia excepcional debido a lo corrosivo de la viscosa y las soluciones químicas empleadas en el baño de inmersión.
Por este motivo se tenían que emplear metales preciosos como el platino.
Un conjunto de 31 hileras se montaba sobre un cluster.
El perfecto mantenimiento de las hileras era imprescindible para la correcta producción del hilo de viscosa.
La empresa fue fundada en 1947 por el físico Dr. Lehfeldt y ofrecía exclusivamente tecnologías de ultrasonidos para procesos de limpieza en la tecnología médica.
Actualmente la empresa continuadora se denomina KLN y, entre otros equipos, se dedica a las tecnologías de limpieza industrial abarcando desde sistemas especiales de ultrasonidos continuos y sistemas de pulverización hasta sistemas de disolventes y sistemas modulares.
También se dedica a la construcción de tanques oscilantes ultrasónicos hasta componentes como sistemas de secado, generadores y placas oscilantes ultrasónicas.
Un limpiador ultrasónico es un dispositivo que utiliza los ultrasonidos, ondas sonoras de frecuencias entre 15-400 kHz, para la limpieza de objetos sumergidos en una solución.
Su utilización es habitual en la fabricación de joyas, lentes y otras piezas ópticas, monedas, relojes, de instrumentos quirúrgicos, piezas industriales como tubería automotriz, limpieza de moldes de inyección de plásticos, inyección de caucho, inyección de cristal o equipos electrónicos.
El objeto para limpiar se coloca en un tanque de acero inoxidable que contiene un líquido conductor de ultrasonidos.
Un generador, altavoz piezoeléctrico, produce ondas ultrasónicas en el fluido. Esto crea ondas de compresión que “rompen” el líquido, dejando tras de sí millones de microscópicos “huecos” o “vacío parcial de burbujas” (cavitación).
Estas burbujas se colapsan con gran energía limpiando la superficie eliminando la suciedad y contaminantes. Cuanto mayor sea la frecuencia, menor es el espacio entre los nodos de la cavitación, lo que permite la limpieza de los más intrincados detalles.
Las soluciones acuosas de limpieza contienen detergentes, agentes humectantes y otros componentes, y tienen una gran influencia en el resultado del proceso. La temperatura óptima está entre 50-65 °C.
Después del proceso, los elementos deben limpiarse con agua y secado.