Descripción: Con fecha de 10 de octubre de 1962, la Dirección General de Industria autorizó a la SNIACE para instalar la nueva industria, bajo una serie de condiciones. En torno a noviembre y diciembre de 1962, dieron comienzo las obras, en un terreno muy próximo al resto de fabricaciones, pero dotado de cierta autonomía. La empresa Agroman fue la encargada de acometer la construcción, habiendo finalizado el movimiento de tierras y la preparación de la superficie en los comienzos del verano de 1963. En el mes de enero de 1964, el conjunto alcanzaba unas proporciones considerables; ya estaba levantado el cuerpo central y los trabajos estaban centrados en subir tabiques interiores y cerrar huecos. En junio del mismo año, con motivo de la celebración de las juntas generales ordinaria y extraordinaria, se informaba de que la fábrica estaba prácticamente terminada y, por lo tanto, había comenzado la instalación de la maquinaria.
El edificio de la nueva industria, de 258 por 36 metros, se diferenció del resto del conjunto tanto por el lugar en el que fue ubicado, como por su aspecto exterior. En general, presentaba un menor desarrollo en altura que los edificios emplazados en el otro espacio productivo, destacando el lado oeste, con una mayor elevación en dos de sus cuerpos y una potente chimenea de ladrillo. Las fachadas, también de ladrillo visto, vertebraban su superficie a partir de la sucesión de pilastras de gran potencia, pintadas en blanco, al igual que las molduras que cercaban los vanos, siempre adintelados y de gran luz, que imprimían una clara horizontalidad al bloque. La bicromía exterior del conjunto se completaba con una verja de hierro, de idéntico esquema que la que cercaba el otro núcleo próximo.
La dotación, en cuanto a maquinaria, era forzosamente de importación, por no fabricarse en España. Además de contribuir con una parte del capital necesario, la SNIA Viscosa colaboró en la importación de la maquinaria y se instituyó como la suministradora de la materia principal en el proceso de producción, la coprolactama. En este sentido, es especialmente llamativa una cuestión: el papel que jugó la industria italiana en la formación de los obreros que habrían de trabajar en la SNIACE. Con anterioridad a la recepción de la maquinaria y durante el proceso de montaje de la misma en la fábrica de lilion, varios productores fueron enviados a Milán y a Cesano Maderno, aproximadamente un mes y medio, para aprender y practicar, en las fábricas de SNIA Viscosa, acerca del manejo, conservación y entretenimiento de aparatos similares a los que se estaban instalando en Torrelavega. Todos ellos regresaron para la puesta en marcha de la factoría.
Reseña histórica: La historia del complejo industrial que erigió la SNIACE en Torrelavega (Cantabria) se manifiesta como un elemento clave para entender el desarrollo económico e industrial tanto de la provincia como de España. Desde 1940, año en el que se iniciaron los replanteos y sondeos que habrían de determinar los terrenos idóneos para la construcción, fueron acometidas, a un ritmo vertiginoso, numerosas obras: fábricas de celulosa y de levaduras para piensos, de una central eléctrica y varios parques de madera, de viviendas y economatos, de escuelas y espacios de ocio y recreo, entre otros. Dentro de este discurrir, destaca, por dos cuestiones estrechamente relacionadas, la década de 1960: fue la de mayor actividad constructiva y en la que se alcanzaron los beneficios más elevados desde que se activara la labor fabril en 1944.
En ese contexto, se inserta la construcción de la fábrica de lilion. Dotada de cierta independencia en relación con el conglomerado de estructuras y tinglados fabriles que componían la SNIACE, fue levantada entre 1962 y 1964 para producir fibras sintéticas como el nailon. Sus inmejorables inicios motivaron la ejecución de varias ampliaciones a lo largo de los años inmediatos. Como si de un organismo vivo se tratara, las instalaciones de lilion fueron creciendo y elevando su capacidad productiva, alcanzando los niveles más altos en el ejercicio de 1969. Los compradores de estos productos, dentro de la industria textil, eran muy diversos, como heterogéneo era el campo de aplicaciones de la suave y sedosa fibra: medias, velos, cuerdas, ropa interior, camisas, corbatas, impermeables, paraguas, batas, guantes, filtros, encajes y puntillas, etc.
La posterior marcha de la fábrica de lilion corrió pareja al resto de producciones. La década de 1970 fue, para la SNIACE, un periodo de crecimiento más sostenido y, también, revelador del conjunto de dificultades que se suscitarían posteriormente. A partir de entonces, varias fueron las circunstancias que confluyeron en el desequilibrio y deterioro generalizado de la empresa. El estancamiento de las ventas y el crecimiento de los costos de producción; la feroz competencia debida a la vinculación con los mercados extranjeros y, por tanto, a la falta de esa protección que le había resguardado desde sus inicios; las deudas contraídas con empresas o la imposibilidad de hacer frente a los continuos avales y préstamos entregados por las administraciones públicas, entre otros factores, acusaron una situación sumamente complicada, de progresivo endeudamiento, que se tradujo en sucesivas y violentas reducciones de personal e intermitentes aperturas y cierres de las instalaciones. En la actualidad, y desde hace más de un año, el conjunto de construcciones que compone la fábrica de lilion se encuentra en un estado de abandono.
Autor de la ficha: Sara del Hoyo Maza- 12/6/2021