La grúa de vapor Priestman se construyó en 1883 en Hull (Inglaterra) por Priestman Brother y fue adquirida por la Junta del Puerto de Santander para instalarla sobre una gabarra y destinarla a realizar labores de dragado en las dársenas, muelles y canales de navegación del puerto.
La grúa, completamente restaurada, se encuentra expuesta al público en La Concha de Villaescusa.
Está compuesta de la caldera de vapor, la máquina, los reenvíos de cadena, la pluma y la bivalva. Todos los elementos son auténticos salvo la bivalva que fue reconstruida.
Es la única máquina de vapor completa que ha quedado en Cantabria como vestigio de la Revolución Industrial de la cual es su símbolo más emblemático.
La grúa de vapor fue montada sobre una pontona y se conocía como la draga Priestman nº 3.
La Junta de Obras del Puerto, actual Autoridad Portuaria de Santander, construyó otras tres dragas Priestman. La nº 1 se fue a pique debido a una explosión mientras realizaba labores de trasiego de la nitroglicerina del vapor Cabo Machichaco. También la nº 3 se encontraba en operaciones de rescate de ese vapor y sufrió desperfectos por la deflagración.
Perteneció a la Autoridad Portuaria de Santander y durante todo el siglo XX y se dedicó al dragado de muelles, dársenas y la limpieza de los canales de navegación de la Bahía de Santander.
De todos los barcos que tuvo el puerto de Santander, únicamente se mantenía como vestigio esta draga, restaurada en 1995 pero prácticamente sin ningún mantenimiento. Estuvo sobre un pedestal de hormigón en el testero central del Muelle de RAOS hasta el año 2023 en que, parte de sus elementos, fueron cedidos gratuitamente a la Asociación Red Patrimonio Industrial de Cantabria.
Esta asociación pudo rescatar los restos en muy mal estado de la grúa de vapor que fue expuesta en la exposición “Las huellas del pasado industrial de Cantabria” en la Lechera de Torrelavega en abril de 2023.
Posteriormente y por el Ayuntamiento de Villaescusa, se ha realizado una restauración completa y rigurosa de la grúa, con el fin de ser expuesta públicamente en un lugar adecuado del municipio.
El lugar elegido queda a escasos metros del trazado del tren minero que construyó, a finales del XIX, el ingeniero y empresario minero José MacLennan, para transportar el mineral de hierro de la mina de Obregón hasta el embarcadero de la Orconera en Astillero.