PATRIMONIO EN LA MEMORIA

 INDUSTRIAS SOTILEZA, SA.


Localización: Carlos Haya (Santander)
 Google Maps: 43.453411843 , -3.8164534487



PATRIMONIO EN LA MEMORIA




Bibliografía / Vídeos

– Las imágenes de los periódicos sobre los productos Sotoliva se han obtenido de diversos periódicos en: https://prensahistorica.mcu.es/es/consulta/resultados_ocr.do

– La relación de patentes, tanto de Industrias Sotileza SA, como la de Carbonell y Cía. de Córdoba, SA, se han obtenido en:  https://spain.iprgazettes.org/

– Archivo Histórico Provincial de Santander. Fondo de Industria, sección de bajas. Carpeta 129.Expediente 870.

Maices del Nansa 


Reseña histórica:

Se conoce como Industrias Sotileza -IS- una empresa que operó desde 1947 en la prolongación de la calle Carlos Haya, en unos terrenos pertenecientes a la antigua Junta de Obras del Puerto. Se ubicaba sobre una parcela de 3.000 m2, próxima al Deposito Franco donde disponían de depósitos alquilados.

 

Todavía se conservan elementos de esta antigua empresa, aunque convenientemente readaptados en los años 90, a los usos administrativos de la Autoridad Portuaria de Santander,su propietario,conocida popularmente como la nave Sotoliva, situada entre el barrio pesquero y la Biblioteca Central de Cantabria.

 

Cartón propagandístico del aceite.

Los primeros años de su actividad se centraba en el aprovechamiento de los residuos de pescado para la obtención aceites de pescado, aceites vitamínicos, aceites para pinturas y grasa hidrogenada. Llegó a contar con el asesoramiento científico del biólogo alemán afincado en Santander, Gustav Kraemer, una autoridad en el campo del tratamiento de la madera donde se llegaron a fabricar en sus instalaciones los productos de marca Soitex y el Poimate, antes de que fundase su propia empresa CONQUIMASA, Conservación Química de la Madera SA y se instalase en Liébana.

 

A partir de finales de 1950 se especializa en la refinación de aceites vegetales, especialmente de oliva y soja, que comercializa a granel y envasado en diferentes formatos.

 

La industria contaba con una infraestructura industrial siguiente:

 

Depósito Franco (en régimen de alquiler):

– Un depósito de 50,9 m3 de 4,18×4,24 metros (altura y diámetro)

– Cuatro depósitos de 504,8 m3 de 7,99×8,97 metros (altura y diámetro)

– Una bomba de trasiego con motor de 10HP.

– Una tubería de 280 metros que unía la zona franca con la fábrica.

 

Fábrica en Carlos Haya

La refinería contaba con neutralizadores, depósitos decoladores, filtros, depósitos autoclave para el secado y desodorización, depósitos refrigeradores y bombas de trasiego. En la sección de envasado contaba con una máquina lavadora mecánica con capacidad de 8.000 botellas diarias, dos máquinas llenadoras con capacidad de diaria de 4.000 botellas cada una y una máquina taponadora con capacidad de 8.000 botellas diarias. Esta ultimas maquinas eran de la casa catalana Santiago Domenech.

 

Vista de la nave-torre Sotoliva.

 

Además, contaba con 10 depósitos de hierro de 56 m3 de capacidad cada uno, de 5 metros de altura y 3,60 metros de diámetro. Contaba también con un par de calderas de combustión de carbón, la primera, marca Field, y una segunda, mucho mayor, de Babcock & Wilcox,esta última de 90 m2 de superficie de calentamiento. Para su alimentación consumían al año 200 toneladas de carbón.

 

Las cifras de venta en 1959 fueron las siguientes:

-Venta de aceite de soja refinado a granel:1.800.000 kilogramos.

– Venta de aceite de oliva corriente a granel:2.200.000 kilogramos.

-Venta de aceite de oliva refinado envasado:20.000 kilogramos.

-Venta de aceite de oliva extrafino envasado:250.000 kilogramos.

 

Todos los productos que se comercializaban embotellados o enlatados lo hacían con la marca SOTOLIVA, salvo el aceite de soja que lo hacían con la marca TRES MARES. Las latas las comercializaban en formatos de 1, 2,5, 5 y 10 litros.

 

Formatos de enlatados del aceite.

En la década de 1960 emprenden una campaña de márquetin muy agresiva con grandes anuncios en periódicos de Castilla y León y en los de Santander. Patrocinaban espacios de sobremesa en TVE y en las radios de Burgos, Bilbao y Santander. Organizaban rifas en los mismos dirigidos hacia un público femenino.

 

En esa década también refinan aceite de cacahuete que según su propaganda: era el aceite más noble después del de oliva. En 1983 la Escuela Superior de Administración y dirección de empresas (ESADE) les registran el diseño de las etiquetas con sus marcas.

 

Botella y lata para el aceite de oliva. Botella del aceite de cacahuete.

Llegaron a patentar varios modelos de botellas (Bopis nºs 2.182 y 2.254) de 1978 y 1981, respectivamente.

 

Tenían una plantilla fija de una veintena de trabajadores y una eventual dedicada al envasado que les pagaban por hora trabajada. En esa década las cifras de venta anuales oscilaban entre los 90 y los 120 millones de pesetas.

 

Aceite de oliva envasado en Córdoba. .

¿Por qué cerraron esta empresa, en principio, de éxito?. Sabemos que desde 1968 refinaban y envasaban aceite en una planta situada en Villar del Rio, en la provincia de Córdoba. Lo hacían los mismos acionistas con otra sociedad denominada: Sotoliva, SA, asentada en esa ciudad.

 

Registro de marca por la aceitera Carbonell.

En 1980 la fábrica fue comprada por la firma Carbonell que la cierra y la traslada a Alcolea. Carbonell, en 1991, registra la marca: SOTOLIVA…SABOR CON GUSTO, posiblemente debido la calidad de los aceites de la ya desaparecida Sotoliva.

 

Finalmente, creo que la factoría santanderina cerró por los mismos motivos que lo hicieron todas las de alrededor. La zona se estaba convirtiendo en el espacio de desarrollo habitacional de la ciudad de Santander y fueron expulsando una tras otra todas las industrias.  Seguramente se la consideraba una industria nociva al quemar 200 toneladas de carbón al año para alimentar las calderas. Lo hace a finales de los 80.



Autor de la ficha:
Fernando Sopeña Pérez / 11-11-2024