Unidad Diesel automotriz especializada, fabricada por la empresa Martin Beilhack, modelo HB8, con el Nº de fabrica 41, especializada en este tipo de vehículos. Tiene unas fresa delanteras y unos molinillos superiores con una potencia de 550 CV, con los que podía acometer acumulaciones de nieve de más de 3 m de altura, por con otros 3 m de anchura y lanzarla a una distancia de entre 10 y 50 m. Podía mantener una velocidad de trabajo comprendida entre los 0,5 y los 50 Km/h. Cuenta con una posición elevada para desde ella poder ver la vía y el trabajo a realizar, por encima del mecanismo de limpieza, a esa garita se accede mediante un asiento con un pistón hidráulico inferior.
En 1962, gracias al acuerdo de cooperación y amistad firmado con los Estados Unidos de Norteamérica, en 1953, conocidos como Pactos de Madrid, entre otro material ferroviario, llegaron a nuestro país, una remesa de locomotoras quitanieves, 8 en total, de fabricación alemana y de inmediato fueron repartidas por la geografía española, en aquellos puntos en los que se hacía necesario modernizar este servicio, fundamental, para mantener abiertos los puertos de montaña en época invernal.
A nuestra comunidad, fue asignada esta locomotora única, la más grande y potente de las 8, para prestar servicio en la línea Santander-Alar del Rey, en el puerto de El Pozazal (982 m de altitud) y ocasionalmente, en el ramal de Quintanilla de las Torres a Barruelo, donde se podían acumular ventisqueros de entre 1,5 y 3 m de altura, sobre todo en Reinosa, Las Rozas y Mataporquera.
Hasta la llegada de esta locomotora, se emplearon, desde la apertura de la línea, dos locomotoras de vapor, unidas por su tenderes, con cuñas quitanieves en sus frontales, realizando repetidas pasadas por la vía nevada. Unos de los problemas que presento de inmediato esta locomotora, era que solo podía limpiar en el sentido de la marcha, necesitando de una plataforma giratoria, para volver limpiando por la vía.
La disminución de la cantidad de nieve acumulada, hizo innecesario su servicio y fue apartada del mismo en el depósito de Cajo, hasta que fue rescatada por ACAF y gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Santander y la Federación ACANTO, se pudo realizar una restauración estética y hoy luce un bonito color rojo intenso, el mismo de fábrica