Un mareógrafo es un medio o instrumento que nos permite registrar de forma numérica, gráfica o digital el nivel del mar.
La medida del nivel de las mareas tiene múltiples aplicaciones: sirve como referencia de altura en la cartografía terrestre y se usa en navegación marítima, obras portuarias o gestión del litoral. El calentamiento global del planeta ha hecho que estas medidas sean fundamentales para conocer la evolución futura de las líneas de costa..
El antiguo mareógrafo de Santander se construyó el año 1876 en la península de la Magdalena donde aún se conserva el edificio rectangular de piedra. Estuvo operativo hasta 1914.
En su interior se encuentra un pozo de 80 cm de diámetro que comunica con el mar. Mediante un flotador se media y registraba el nivel de las mareas.
El moderno mareógrafo actual de Santander, gestionado por la Autoridad Portuaria, se encuentra en Gamazo, en la zona del CEARC.
España en 1867, como un miembro más de la Asociación Internacional de Geodesia, se propone realizar mediciones de precisión en diferentes lugares para así determinar la altitud real de diferentes vértices conforme al nivel medio del mar.
Se toman los datos en tres puntos de los tres mares de la Península Ibérica, Alicante, Cádiz y Santander. De esta manera España se convirtió en el segundo país del mundo en organizar los servicios de nivelación de precisión y mareó-gráficos.
El Ayuntamiento de Santander cedió un terreno en la Península de la Magdalena para construir el mareógrafo en 1874, entrando en funcionamiento 1876, siendo la segunda ciudad de España en contar con un mareógrafo tras Alicante.
Desde 1876 y hasta 1914 estas instalaciones realizaron medidas de manera constante.
Desde su inauguración y hasta el año 1896 se utilizó el mareógrafo tipo Adie. Este recogía los movimientos de un flotador situado en el pozo, de 80 cm. de diámetro, que comunica con el mar abierto, las fluctuaciones quedaban dibujadas sobre una hoja de papel enrollada sobre un cilindro que daba una vuelta diaria impulsada por un mecanismo de relojería.
En 1896 el mecanismo se sustituyó por el mareógrafo diseñado por el ingeniero militar Eduardo Mier denominado “de sifón” o “Mier” que paso a ser el oficialmente reglamentario. Este nuevo aparato era más barato, preciso y seguro.
En 1915 entra en funcionamiento el nuevo mareógrafo en la zona portuaria de San Martín y este deja de ser utilizado.
En el año 2012 la Escuela Taller del Ayuntamiento de Santander restauró el edificio del mareógrafo de la Península de la Magdalena.