Mesa de pruebas con diferentes instrumentos para la medida de parámetros eléctricos característicos de una línea telefónica analógica.
Esta mesa formaba parte de un conjunto de tres que se encontraba en la central de telefónica de la calle Arrabal.
Su función era comprobar el estado de una línea telefónica sobre la que había algún parte de avería.
El resultado de los chequeos sobre la línea permitía establecer el tipo de problema que había surgido y proceder a su reparación.
Actualmente está depositada en el Museo Cántabro del Ferrocarril.
En el año 1876 quedó registrada la patente del primer teléfono por Graham Bell, como un aparato que transmitía sonidos por un cable a través de señales eléctricas.
La primera comunicación urbana que se considera realizada en la península sucede en Barcelona entre La Ciudadela y el Castillo de Montjuic a través de un circuito telegráfico del Ejército el 16 de diciembre de 1877.
Primeramente, las comunicaciones eran punto a punto, es decir un par de cables unían los dos teléfonos situados en sus extremos. Posteriormente se busca la posibilidad de acceso a multiplicidad de usuarios entre sí, pero esto conlleva una red compleja de cables para realizar todas las posibles combinaciones, para evitarlo se concentran todas las líneas de abonado en un centro, en donde de forma manual con cordones-conectores se ponen en contacto dos teléfonos simultáneamente.
En el año 1900 estando de presidente de Gobierno Mateo Sagasta (partido liberal) se crean 49 concesiones para pequeñas compañías telefónicas que gestionaban 21.239 teléfonos en todo el país. La mayoría de estas compañías pertenecían a la Compañía Peninsular de Teléfonos. Posteriormente la compañía americana International Telephone Telegraph (ITT) compra en el año 1923 dicha compañía.
El 19 de abril de 1924 la ITT, junto a inversores españoles (entre los que se encontraban grandes bancos del momento) se constituye la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE), siendo su primer presidente el Marqués de Urquijo (presidente a su vez del Banco Urquijo).
Comienza en este periodo la instalación de centrales automáticas en distintas ciudades del país, facilitando la interconexión tanto urbana como interurbana entre abonados. Todas las funciones que se hacían de forma manual (telefonistas) las realizan ahora las centrales automáticas, desde avisar al abonado que puede marcar, hasta comunicarle que está llamando a su interlocutor, etc.
La primera central automática que fue inaugurada por la CTNE fue en Santander el 26 de agosto de 1926 con la presencia del rey Alfonso XIII. A finales del mismo año se inauguraron varias centrales en Madrid y otros puntos del país.