TRANSPORTE

 MUSEO DEL FERROCARRIL DE MATAPORQUERA


Localización: C/ CONSTITUCION – ESTACION FEVE (Mataporquera)
 Google Maps: 42.8731716 , -4.164040462



Sector: TRANSPORTE

Época: Inauguración, febrero de 2006.

Grado de protección:

Ninguno.


Estado de conservación: Bueno
Información sobre visitas:

HORARIOS: de 12 a 13 h. sábado, domingo y festivos – de 17 a 19 h. viernes, sábado, domingo y festivo

RESERVAS: SI por teléfono, e-mail

PRECIO:  1 € por persona.

VISITAS GUIADAS: Si

DURACION: centro de interpretación 45 m. museo 60 m.

TELEFONO. 942770164

PAGINA WEB. www.aafmataporquera.com



Enclaves en la colección "Museo del Ferrocarril Mataporquera": 3

Descripción:

Este Museo se complementa con el Centro de Interpretación del Ferrocarril de La Robla.

 

La Asociación de Amigos del Ferrocarril de Mataporquera gestiona y administra estos dos centros y fue su promotora.(https://aafmataporquera.com).

 

El Centro de Interpretación se encuentra en la estación de FEVE, en un edificio de 2 plantas de 140m2 cada una, que en su día fue dormitorio de maquinistas y guardafrenos que hacían el transporte del carbón procedente de Cistierna y con destino a Balmaseda y también de los guardafrenos de detalle que venían desde León.

 

En la primera planta se realiza la admisión de visitantes, hay una exposición fotográfica permanente que se modifica dos veces al año, se da información verbal sobre lo que se va a ver y se visualiza un video con un recorrido por el Ferrocarril de La Robla.

 

La segunda planta se dedica propiamente a Centro de Interpretación donde a lo largo de su recorrido se da a conocer la historia del Ferrocarril Hullero de La Robla a Valmaseda, que fue su primitivo nombre, a través de paneles, videos, objetos ferroviarios y documentos.  Destacan entre otras cosas un armario billetero, un reloj de sala de espera, faroles, ollas ferroviarias, etc.

 

El museo, por su parte, se estructura en tres zonas:

 

la primera está en el bajo del edifico estación donde se exponen diversos elementos ferroviarios como herramientas, basculas, semáforos, faroles, panel del CTC antiguo de Santander, mesa de cambio de agujas de Mataporquera y una maqueta que incorpora diversos elementos como un funicular, un teleférico, un tren minero en escala H0e, varios trenes en escala H0, depósito de locomotoras con placa giratoria y estación de clasificación de trenes. La maqueta ocupa una superficie de 16 m2.

 

La segunda zona corresponde a la nave del antiguo depósito de locomotoras de La Robla donde se están la locomotora Begoña 3 de ancho métrico y configuración 030 que prestó servicio en el antiguo ferrocarril minero de San Cebrián de Mudá a Cillamayor y posterior en la fábrica de Cementos de ALFA de Mataporquera, un tractor Diesel Deutz, un tractor diésel Orenstain & Koppel que también trabajaron en la cementera, una maquina bateadora de vía métrica y diverso material ferroviario.

 

La tercera zona corresponde al parque ferroviario y se puede ver la placa giratoria, el depósito de máquinas, la aguada del antiguo Ferrocarril del Norte de Mataporquera, la grúa del servicio combinado Robla – Renfe, varias marmitas (agujas) y otros elementos ferroviarios.



Reseña histórica:

Mataporquera ha sido un nudo ferroviario de gran importancia histórica y dispone de estaciones de líneas de vía ancha y estrecha.

 

El ferrocarril de La Robla, de vía estrecha, quedaba oficialmente inaugurado en 1894.

 

Este tren hullero de La Robla a Balmaseda, de 284 kilómetros de línea ferroviaria, atraviesa Vizcaya, Burgos, Cantabria, Palencia y León le convertirían en el tendido de vía estrecha más largo de toda Europa Occidental.

 

Calificado por algunos autores como un tren de corte colonial, su planificación, construcción y puesta en funcionamiento hay que entenderlas en una estrategia de más largo alcance.

 

La Robla nace financiado por capitales vinculados a la industria pesada y a la banca vascas, para transportar la hulla y la antracita que comenzará a explotarse sistemáticamente en las montañas leonesas y palentinas a partir del último cuarto del siglo XIX con el objetivo de alimentar la potente siderurgia vizcaína.

 

Se construyó en tres fases.

 

En la primera se construye el tramo de La Robla, punto de enlace con los ferrocarriles del Norte y con las cuencas mineras a que estos daba servicio, a Balmaseda, localidad vizcaína donde se unía mediante una concesión con el ferrocarril de Santander- Bilbao, que posibilitaba la llegada de los convoyes y el mineral hasta su destino, la cuenca del Nervión, los carbones castellanos y leoneses.

 

En una segunda fase se prolongó hasta la localidad de Luchana con lo que la vía alcanzó 312 kilómetros de longitud.

 

Finalmente, ya en 1923 se completó el trazado con un ramal que unía Matallana con León. FEVE se hace cargo de su gestión.

 

Si bien el carbón y su transporte constituyeron la causa de su construcción, lo cierto es que La Robla permitió la puesta en explotación de otras industrias a lo largo de su recorrido, siendo las más destacadas las relacionadas con la extracción de arenas y áridos-actividad que aun se mantiene en la localidad burgalesa de Arija- para, entre otros productos, la elaboración del vidrio.

 

Minerales, productos agrícolas, materiales transformados convivieron con el uso de la línea por parte de los habitantes de las comarcas que atravesaba el ferrocarril. El paso de los años propició que los castellanos hiciesen de La Robla la vía para buscar nuevos horizontes en las ciudades del norte.

 

Los vizcaínos, por su parte, vieron en el hullero un medio ideal para el turismo estacional con destino a las merindades burgalesas.

 

La dependencia del ferrocarril con respecto a la explotación de las minas provocó lo inevitable. La crisis de éstas ocasionó una pérdida progresiva de la rentabilidad de la vía férrea, no mitigada por la puesta en marcha de diferentes planes de mejora.

 

En 1972 el estado, a través de FEVE, se hace responsable de su gestión, abriéndose paso un largo periodo de dos décadas de prolongada agonía en el que se suprimió la circulación de viajeros.

 

Desde mediados de la década de los noventa se pusieron en marcha diversas iniciativas de recuperación del ferrocarril que permitieron que se reanudase con garantías la circulación de carbones, en esta ocasión, procedentes de los puertos del cantábrico con destino a las centrales térmicas palentinas y leonesas- y que, desde 2003, volviese a recorrer en su trazado el Transcantábrico, última fase de la restauración completa del tráfico de viajeros en la totalidad del recorrido de La Robla.

 



Autor de la ficha:
Victor M. Moreno Saiz/ 24-08-2024