La Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos (CAMPSA), fue una empresa petrolífera española creada a partir de la Ley del Monopolio de Petróleos de 1927.
Su función era administrar la concesión del monopolio estatal de petróleos, según el Real Decreto Ley del 28 de junio de 1927 promovido por el ministro de Hacienda durante la dictadura de Primo de Rivera, José Calvo Sotelo.
Originalmente fue una empresa mixta con participación minoritaria del Estado.
En 1977 el Estado asumió el 50% del control accionario.
En 1981 se decretó la integración de la empresa en el Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH) que agrupaba a otras sociedades estatales del sector energético como ENPETROL y PETROLIBER.
La plantilla de la empresa en esa época era de 9.571 trabajadores y disponía de una extensa red de instalaciones dedicadas al almacenamiento y distribución. Contaba con una importante flota de buques petroleros, vagones cisterna y camiones cisterna.
En 1987 el Instituto Nacional de Hidrocarburos crea Repsol pasando a ser CAMPSA una de sus sociedades filiales.
Debido a las exigencias antimonopolísticas impuestas por la Comunidad Económica Europea, en enero de 1993 finalizó el monopolio estatal sobre el petróleo.
Como consecuencia, la red comercial de CAMPSA fue disuelta, y se distribuyeron sus activos entre las diversas petroleras que en aquel momento operaban en el mercado español en función de su cuota de presencia en el mismo: Repsol, Cepsa y BP (British Petroleum), principalmente.
CAMPSA desapareció como sociedad el 14 de enero de 1993. Con los activos logísticos remanentes del monopolio se constituyó la Compañía Logística de Hidrocaburos (CLH).
La marca CAMPSA pasó a incorporarse a la compañía Repsol como otra marca comercial de esta empresa.