
PATRIMONIO EN LA MEMORIA
Fundado en 1912, durante setenta y tres años estuvo presente en Santander un importante taller metalúrgico que ha dejado huella tanto en la comunidad como fuera de ella.
Eran 2.000 m2 de varias naves industriales anexas que se situaban perpendicularmente a la calle Federico Vial y paralelas a la calle Casilla. Su entrada principal era sobre la esquina achaflanada de ambas calles donde en su parte superior recogía el logotipo de la sociedad.
No disponía de fundición, pero el resto de actividades metalúrgicas las abarcaba todas: construcciones metálicas, sección de forja, de calderería, carpintería metálica, cerrajería y reparación de buques. En la década de los sesenta tenía una plantilla de unos cien trabajadores, mientras que, en el momento del cierre en 1985, disponía de unos 54 trabajadores.
La importancia de este taller debemos valorarla por la obra construida, tanto la que todavía podemos observar como la desaparecida. Veremos solamente algunas para no hacer excesivamente larga esta entrada.
En cuanto a construcciones metálicas, quizás la obra más sobresaliente sean el Edificio Carrión en la gran Vía de Madrid, el cine Tetuán en la calle Bravo Murillo de la capital, ya desaparecido y, en nuestra región, la desaparecida cárcel Provincial de la calle Alta de Santander.
En cuanto a obras de forja es el autor de la puerta metálica y de las verjas de las ventanas del antiguo Banco Mercantil, hoy reconvertido en el Santander Work Café – Banco Santander, en la calle Hernán Cortés o las verjas, la puerta y la cristalera interior del antiguo Banco de España de Plaza Alfonso XIII. O las lámparas del pórtico de entrada de la iglesia de Santa Lucía de la ciudad.
Sus aportaciones en su larga historia son muy largas de enumerar. Sabemos que participaron en la construcción o ampliación de las grandes industrias en nuestra región. Desde la SAM, Nueva Montaña Quijano, Saltos del Nansa, Electra de Viesgo, pasando por Solvay, Sniace, Cros o la antigua Fyesa. También es el autor, por ejemplo, de la gasolinera de Avía de enfrente de Valdecilla.
Para finalizar quería hacer una reflexión sobre el cierre de este taller y en general de los cierres similares, sobre lo que se podría hacer una tesis doctoral. El denominado ensanche de Maliaño desarrollado a principios del siglo XX acogió el desarrollo industrial de la ciudad, algunas desalojadas de la Alameda de Oviedo precisamente por la expansión urbana de la ciudad hacia el este.
Pues bien, ese ensanche el que discurría entre la calle García Morato hasta la rotonda de Marga, fue durante mucho tiempo la zona industrial de la ciudad hasta que las necesidades habitacionales de la propia ciudad, a partir de los años 70, fueron desalojando unas tras otra las empresas de ese entorno. Así ocurrió con la Constructora Montañesa, Talleres Ceballos, Industrias Sotileza, fábrica de pinturas Pulchra… y Talleres Cervera. Estaba claro que nuestro taller sería incompatible con el desarrollo urbano de la zona.
La tesis debería abordar la cantidad de empresas solventes, con tecnología propia, que han desaparecido por desarrollos urbanos, por ejemplo, en la ciudad de Santander o en los núcleos de Maliaño o del Astillero. Nos quedaríamos sorprendidos de la cantidad de tecnología y empleos perdidos por ello.