INDUSTRIA TEXTIL

 TEXTIL SANTANDERINA


Localización: Cabezón de la Sal (Cabezón de la Sal)
 Google Maps: 43.3116885172 , -4.225816694



Sector: INDUSTRIA TEXTIL

Tipo de patrimonio: Conjunto industrial/Fábrica de textiles.
Época: 1923

Grado de protección:

Ninguno.


Estado de conservación: Bueno.
Información sobre visitas:

No visitable.


Descripción:

Fábrica de textiles con secciones de hilado, tisaje, entintado y acabado.

Se conservan gran parte de los edificios y naves originales así como la chimenea de ladrillo del hogar de la caldera de vapor y el depósito de agua.

Algunas de las máquinas y otros elementos de producción de épocas pasadas de esta industria se encuentran en el Museo del Arte Textil de Cabezón de la Sal.

Cuando se realiza una visita a la fábrica sorprende poderosamente la atención el encontrar, dentro de unos muros centenarios, una instalación industrial con los últimos avances tecnológicos, organizativos, de eficiencia energética y gestión  ambiental.

La calidad de los elementos constructivos de los edificios originales y su adecuado mantenimiento, explican el cuidado aspecto externo del complejo. La moderna estructura empresarial actual, innovadora y global, se refleja en sus instalaciones productivas.



Reseña histórica:

En los primeros años del XX ya surgieron sendos proyectos de instalación de una fábrica de textiles en el entorno de Cabezón de la Sal.

Sería otro proyecto, el de los hermanos Higinio y Ventura González Cosío, quienes lo impulsan y comienzan a materializar en 1923.

Estos indianos decidieron crear una empresa de tejidos en la tierra natal de su padre, empresario que ya contaba con experiencia en la industria textil al ser promotor de algunas fábricas en Puebla (México).

Para iniciar el proyecto comenzaron buscando una ubicación idónea para este tipo de fábricas como era el disponer de sal en las proximidades, imprescindible para los tintados, contar con agua de calidad y en abundancia, unas buenas comunicaciones y una potente fuente de energía. El lugar elegido cumplía con estas condiciones: minas de sal cercanas, manantiales (Fuente de la Calderona) y el rio Saja en las proximidades, comunicaciones por carretera y ferrocarril a pie de factoría y un salto de agua importante, para obtener energía eléctrica, en la Hoz de Santa Lucía.

También un factor a considerar en la elección del lugar fue la existencia en la comarca de abundante mano de obra con necesidad de empleo.

En 1925 la fábrica ya estaba construida y se inscribe legalmente con la denominación “González Cosío Hermanos” siendo su objeto la “fundación y explotación de una fábrica de hilados y tejidos de algodón”.

La construcción de los edificios y servicios siguieron un proyecto norteamericano: las naves diáfanas permitían montar fácilmente la maquinaria, la cubierta sería de cemento armado con doble asilamiento y recubrimiento asfáltico, se incorporó un sistema de aclimatación y la red eléctrica era muy moderna.

Se instaló una caldera de vapor Babcock & Wilcox con su chimenea y se adquirió maquinaria textil con tecnología norteamericana.

La central hidroeléctrica contaba con una turbina Kaplan y otra fabricada por Corcho que se instalará posteriormente, en los años 1940. La potencia era de 340 C.V. y la energía generada llegó a los 300.000 kWh.

Un alternador Diesel de 220 C.V. de potencia se instaló en la factoría para el suministro en periodos de estío. Su producción era de 89.000kWh.

Una derivación del trazado desde la línea ferroviaria permitía introducir los vagones de carga al interior de la factoría.

La fábrica tuvo muchos problemas para iniciar su producción debido a las presiones políticas del sector nacional de la industria textil.

A pesar de disponer de unas instalaciones modernas y una maquinaria excelente no pudo iniciar el trabajo hasta 1930.

Se contrató inicialmente a personal técnico especializado de Alemania y Reino Unido, siendo la mano de obra mayoritariamente femenina, unas 50 trabajadoras, que comenzaron su actividad en el taller de hilaturas de algodón.  Poco después comenzó el de telares.

El proceso industrial textil comienza en el almacén de fibras, continúa con el cardado e hilado, elaboración de madejas para la urdimbre (hilos verticales en paralelo del telar sobre los que pasará el hilo horizontal de la trama), encolado, telares, blanqueo y tintorería. En su caso, el proceso sigue con el acabado, confeccionando prendas de ajuar doméstico o vestimenta. La sección final es la de empaquetado para su distribución.

Durante la Guerra Civil se intenta desarrollar un proyecto colectivista que, por su corta duración, no finaliza.

En los años de postguerra aparecen ciertas fisuras en la empresa dando lugar a la entrada en el accionariado en 1938, de algunos empresarios catalanes, entre ellos José Cuitó Palat.

En 1945 José Cuitó se hace con el 100% de la empresa y ya aparece por primera vez Textil Santanderina como marca comercial. Hasta el año 1950 no se resolverá definitivamente la herencia de los hermanos Cosío.

Durante esos años y en la década de 1950 la fabricación continúa con, prácticamente, la maquinaria original.

Con la llegada de Sniace (1944) se introducen las fibras sintéticas en la Textil, en particular el rayón y la viscosilla. El rayón llega a superar ampliamente al algodón como materia prima. Ya en 1958 se promueve un proyecto de elaboración de tejidos textiles sintéticos.

Por diferentes motivos, entre otros las dificultades de suministro y precios tasados del periodo autárquico de la dictadura franquista, la fábrica es vendida en 1959 a la familia Serra Valls, fabricantes de maquinaria textil.

Los nuevos propietarios mantiene el nombre de la empresa y toma la dirección y organización empresarial el ingeniero textil Juan María Parés.

Se reorganiza la fabricación abandonando las fibras sintéticas y volviendo al algodón como materia prima. La oferta de productos se centra en el hilado de algodón en crudo o ligeramente entintado. Se establecen nuevas políticas comerciales como el contacto con los clientes atendiendo a sus demandas. También se inicia una estrategia comercial de expansión en mercados nacionales

A partir de 1970 se crean nuevos espacios cubriendo patios y ampliando superficie con nuevas naves. Se va renovando la maquinaria con equipos de la firma Serra

En esa época la Textil ocupaba a 300 trabajadores en dos o tres turnos,

En 1990 el número de trabajadores era de 436 y ya era predominantemente masculino.

La producción en esa época era de 5.450 Tm de hilado, 9,65 Tm de tejido y 19,44 Tm de acabados.

Actualmente la empresa ocupa un solar de 71.500 m2 con una superficie construida de más de 46.000 m2  y una plantilla de 280 personas.

Forma parte de un grupo internacional formado por diez empresas implantadas en varios países.

Sus clientes son, entre los fabricantes de textiles más significativos del sector, las marcas de ropa más conocidas y presta especial atención al mercado de tejidos técnicos especiales como los de protección y laborales.



Autor de la ficha:
Víctor M. Moreno Saiz / 29-01-2023