El aprovechamiento integral del rio Nansa se compone de un conjunto de infraestructuras hidráulicas formadas por embalses, canales, cámaras de carga y centrales hidroeléctricas, repartidas a lo largo de 35 kilómetros.
La explotación del aprovechamiento necesitaba, de un lado, importar mano de obra especializada a diferentes niveles y, del otro, corregir la nula oferta habitacional para ese personal. Es así como Saltos del Nansa corrige esta situación construyendo vivienda social en todos los pueblos donde se ubican los saltos de agua. Lo hace en Camijanes, Celis, Rozadio y La Lastra.
Se edificó equipamiento social de dos tipologías; edificios aislados para los mandos y jefes y bloques de pisos para el resto. Estos últimos respondían a una arquitectura de tipología urbana, que desentonaba con la vernácula, de la zona.
Con carácter general los edificios aislados han correspondido a formas y diseños adaptados al lugar, lo que les hace diferentes entre ellos. Los hay de una planta y de dos platas, así como edificios que albergan una o dos viviendas. Sin embargo, los bloques de pisos son de una arquitectura y formas homogéneas en todos los lugares. Cada edificio se distribuye en tres plantas, con dos viviendas por planta de unos 85 m2 cada una, en la baja y primera, y un desván corrido en la segunda.
La estructura es de hormigón y piedra y la cubierta a cuatro aguas. Son pisos homogéneos que cuando se construyeron constaban de tres dormitorios, cuarto de estar, cocina y cuarto de aseo con ducha, bidet, lavabo y retrete y la cocina con instalación completa de agua caliente y fría, al igual que el cuarto de aseo. Al exterior los pisos de la planta primera están dotados de balcones que dan la fachada principal.
En la época en la que se construyeron, las dotaciones y los servicios interiores de las viviendas eran inusuales en el entorno, sobre todo en lo que concierne a la disponibilidad de energía eléctrica suficiente y sobre todo de agua corriente en las casas.
Con la automatización de los procesos, la externalización de servicios y la propia dinámica laboral, la plantilla de la empresa fue disminuyendo de forma vertiginosa. Así es como al inicio de los años noventa todas las viviendas habían sido vendidas a empleados, jubilados de la sociedad e incluso a vecinos sin contacto con la empresa.
Descripción de los edificios
Existió un bloque de pisos según las características descritas en el anterior apartado y fue demolido en la década de los 90, al no disponer de acceso rodado. Se encontraba, al igual que el individual del jefe de explotación de la infraestructura, dentro de la finca de la Central, por lo que el acceso a las viviendas se hacía peatonalmente y cruzando las instalaciones industriales.
Un segundo bloque no se llegó a finalizar. Lo que se observa permite concluir que se trataba de un edificio de dos alturas sobre rasante que carece de cubierta. Los muros son de piedra y suelos de hormigón con particiones interiores en fábrica de ladrillo sin revocar. Desconocemos cuales fueron las razones de para no acabarse.
El edificio del jefe de explotación, es un edificio aislado, de planta rectangular y una altura y un espacio bajo cubierta a modo de desván, con la estructura de hormigón y cerramientos de fábrica de piedra y ladrillo. Dispone de un pedestal de piedra que destaca también las principales aristas.
Se accede bajo un pequeño pórtico, ubicado en la fachada principal y dispone de un jardín exterior. Fue construida en 1953.
Estuvo ocupado de forma continua hasta el 2010, año de fallecimiento del responsable que la ocupaba. Al estar dentro de la finca de la central, se conserva en buen estado, a pesar de estar vacía actualmente.